Estabamos en el Yara cuando llegaron unos policías para sacarnos del costado que daba a la calle 23, teníamos que despejar la zona. Nos fuimos todos en fila india hacia el Parque de los Tarros.
Allá en el parque oscuro me sentía mejor, al menos pensaba que ya no molestarían más.
Allá en el parque oscuro me sentía mejor, al menos pensaba que ya no molestarían más.
Alberto tenía un litro de chispetren y lo pasabamos de socio en socio, aquello sabía terrible pero en mi caso lo prefería antes de la pastillita llamada paco; la que arrebataba tremendamente, con ella vi gente brincar, temblar, gritar, ver monstruos. En fin, era malísima pero de alguna forma había que irse del aire, la realidad estaba dura y ninguno de nosotros quería vivir lo que tocaba.
Alguien escribió en el muro de una casa ABAJO FIDEL. Me encantó el atrevimiento, aquel cartel era algo que quería gritar a toda voz pero el miedo nunca me dejó. Mi amiga se puso nerviosa, me agarró por la mano y me dijo: Ahora mismo nos vamos de aqui y tu no viste nada...
5 comentarios:
hola, siempre tenemos días de bajona, pero eso es normal entre nosotros los emigrantes, ultimamente estoy un poquito atareada pero cuando puedo paso aunque no deje comentario.
que experiencia la de la frontera WWWAAAAHHHH, y también la de los arboles, te sigo leyendo, siempre ando por aqui, lo de necesitar a papá y mamá es increible a mi me pasa y ya quiero que esten aqui, aunque sea por poco tiempo, es una cosa que cura el alma, saludos.
Yo también hubiera querido gritar eso...todavía quiero!
un abrazo Punchungurria!
Yo pensé que ibas a hacer una oda a la caldosa del 26 y te me apeas con un cuento gusano!
Me gusta el estilo. Síguelo.
Te acuerdas como uno se divertía en las fiestas del 26?
Era la juventud y no el 26.
Saludos,
Al Godar
que montada de adrenalina, por dios
abrazos Puchi
Margarita, Morgana, Chiquita les mando un abrazo grandote.
Al, que cómico, claro que no era el 26 ajjaja
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